Por Gustavo Di Paolo
El modelo internacionalizado y complejizado de ciudad debe tornar a la misma en un espacio de la democracia y de la ciudadanía para propiciar la innovación en la gestión, la armonización y la convergencia entre lo público y lo privado, el desarrollo de conductas autonómicas, la canalización del desarrollo socioeconómico con una impronta solidaria, y la inserción en la lógica internacional de orden económico, tecnológico y cultural.
En el entorno actual existe un número acotado de ciudades que poseen como lineamiento estratégico potenciar sus recursos y consolidar sus ventajas comparativas y competitivas y su liderazgo en el contexto o alcance correspondiente de actuación.
Complementariamente, tampoco se divisa en forma generalizada una óptica que propicie una lógica de
utilización de instrumentos de marketing urbano, y estimule el efecto multiplicador derivado de la calidad y de la optimización en la prestación del servicio público.
Al no instrumentarse una interconexión acabada entre gobierno local, ciudadanos y marco territorial, se dificulta la participación de los actores no estatales en el proceso de toma de decisiones del actor estatal local y en la consecuente satisfacción de las demandas y requisitorias ciudadanas, ya que los gobiernos municipales se constituyen en meros entes administrativos y operativos desemparentados de la potenciación del rol de la ciudad en el contexto del fenómeno globalizador.
El ámbito local de gobierno es el entorno propicio para instaurar un modelo innovador y creativo en la gestión pública, debido a su directo y más cercano contacto con la ciudadanía para abordar y resolver demandas insatisfechas.
La operativización en el escenario local debe estar direccionada a que los gobiernos se conviertan en organizaciones prestadoras y proveedoras de servicios de calidad, eficaces, eficientes, de excelencia y con permanente capacidad de adaptabilidad a los cambios para abordar y enfrentar las necesidades y requisitorias sociales con posibilidades expectantes de éxito.
Por ello, se torna trascendental un desarrollo de la lógica correlacional y multidimensional a fin de gestionar con un enfoque integrado, coordinado, global, integral y totalizador con la indelegable e insustituible participación de los actores no estatales o sub-estatales –sociedad civil- en el proceso de toma de decisiones del actor estatal local.
En definitiva, gestionar con premisas estratégicas de la nueva lógica dual local-global consolidando ciudades sostenibles, inclusivas, creativas, innovadoras, saludables, y comprometidas en un contexto colaborativo y de generación de valor público.